Adela, la operadora de campo del Centro Raúl Dominguez, durante una de nuestras reuniones semanales de los jueves me decía con entusiasmo:
“Te tengo que contar del grupo que estoy formando para recibir créditos, son es-pec-ta-cu-la-res”.
La miré, su ansiedad por ayudar a la gente que quiere salir adelante con sus emprendimientos es tremenda.
“Tenés que venir conmigo a una reunión de formación de este grupo, el jueves que viene vamos a la casa de Lorena, acompañame”.
Y así fue, a la semana siguiente nos subimos a mi auto y tras recorrer unas 20 cuadras llegamos a la casa de Noelia, una de las integrantes del grupo, por donde pasamos a buscarla junto con Elizabeth y Natalí, dos jovencitas que también eran integrantes.
Noelía nos guía desde el asiento trasero, “Agarrá por esta calle hasta donde termina el pavimento, y después te digo”. Nos internamos en un camino de tierra, semidescampado, humildes casitas aquí y allá, eran las 19.30 y oscurecía. Pregunté un tanto preocupado. “ Nena, por acá es seguro a esta hora???”. La respuesta de Noelía fue
“YO SOY
Seguí manejando durante unos minutos y me dicen las chicas, “DOBLA ACA”. Miró intrigado y pregunto: “DONDEEEEEEE??????” La calle de tierra se convirtió virtualmente en un sendero que zigzagueaba entre viviendas muy precarias, ladrillos desparejos, techitos de chapa, niños jugando aquí y allá. Un barrio muy pero muy humilde en el límite de Rosario, más allá, el campo.
Finalmente llegamos a la casa de Lorena, nuestra anfitriona. Nos espera en la puerta de su patio de tierra, junto al alambrado que delimitaba su morada. Con ella ya estaba De
Deborah, una jovencita de 19 años, la quinta integrante del grupo.
Nos bajamos con Adela y entramos pidiendo permiso. Un mesita de madera en una galería al exterior apenas iluminada por una precaria bombilla, siete sillas medio destartaladas y obviamente el mate cebado con sabiduría por la dueña de casa acompañado de unos riquísimos escones horneados por Noelia.
Lorena es una hermosa morocha de unos 32 años, tiene 5 hijos de 7 años el menor y 18 el mayor y esta embarazada. Tiene un carro con un caballo y se gana la vida cartoneando. Pero eso no es todo ES COSTURERA, y nos muestra con orgullo su maquina recta y su remalladora, compradas con mucho esfuerzo. Quiere su crédito para comprar telas y poder hacer ropa que venderá en el barrio. “Ahora salgo a buscar retazos entre los desechos de los negocios de la calle San Luis y con eso hago estos bermudas y estos pantaloncitos. Pero claro los tengo que vender barato y hago lo que puedo. Cuando compre la tela que yo quiero, será otra cosa.”
Entre mate y mate Lorena nos cuenta que esta arreglando el patio para el cumple de 15 de su hija, ella es la albañil y también puso el piso de su casa y revocó las paredes. La vivienda es muy humilde pero el orden y la limpieza imperan.
Nos habla con mucho orgullo de su hijo mayor, de 18, que trabaja y colabora con la economía familiar. “Dicen en el barrio que es un MAMENGO, pero él esta siempre con su madre y yo estoy orgulloso de la persona que eduqué.” Sus otros hijos corren por el patio y hacen morisquetas. Ella sostiene el hogar. “EL CARRO ES UN TRABAJO DIGNO PARA GANARNOS
Es el turno de Elizabeth, una picara rubiecita de 22 años, la líder del grupo, quién lo formó porque son las madres de los chicos que ella educa en
Para el final quedó Deborah, una vecina del barrio donde nos encontrábamos. Tiene unos 20 años y es maquilladora. Es la más callada, tímida. Ella no puede irse mucho de su casa, ya que tiene 6 hermanitos menores y están a su cargo, para vestirlos, darles de comer y mandarlos al colegio. Su madre esta enferma, ausente. Y su padre sale a changuear para llevar la comida a la mesa. Ella a su corta edad es quién sostiene la unidad familiar y no pudo terminar el curso de maquilladora porque no había guita para la ultima cuota y nos dice “YO A MI VIEJO NO LE PUEDO EXIGIR MAS, EL NOS TRAE PARA COMER Y YA ES BASTANTE.”
Otro escalofrío me recorre las venas. Sus compañeras dicen que ellas la van a ayudar, que le van a llevar clientes y que con el crédito van a comprar la caja de maquillaje, los insumos y VA A TERMINAR SU CURSO.
Ya era de noche y nos miramos con Adela, “DECIME ADELA” , le pregunto, “VOS QUE CREES, ESTAN EN CONDICIONES DE RECIBIR LOS CREDITOS ¿????, Y por dentro me decìa, “YO LES DOY
FINALMENTE DECIDIMOS HACER UNA REUNION MAS Y SI ADELA DABA EL SI, en dos semanas iban a recibir los dos primeros créditos….
CUANDO SE LOS DECIMOS, HAY GRITOS DE ALEGRIA, ABRAZOS A ADELA, SALAMERAS LE PROMETEN TORTA Y MAQUILLAJE.
ADELA SE RIE.
TODOS SOMOS FELICES, EN UN HUMILDE PATIO DE TIERRA, UN MATE Y CINCO JOVENES MUJERES ES POS DE SUS SUEÑOS, SUS ESPERANZAS,
AHHHHHHHHHHH, ME OLVIDABA, EL NOMBRE CON QUE LAS INTEGRANTES BAUTIZARON ESTE GRUPO ES “TRIUNFADORAS”.
CON ADELA NOS SUBIMOS AL AUTO, NOS MIRAMOS Y NO SUPIMOS QUE DECIRNOS. LLEGAMOS DONDE DEBIAMOS LLEGAR, COMO QUIERE YUNUS, EL CREADOR DE GRAMEEN. A LOS MAS POBRES DE LOS POBRES. LOS QUE MERECEN UNA OPORTUNIDAD. LAS MUJERES, CON MAYUSCULAS, DE NUESTRA CIUDAD QUE CON EL CORRER DEL TIEMPO Y ESTA ACTITUD NO ME CABEN DUDAS QUE SERAN “TRIUNFADORAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”
OCTUBRE DE 2010-10-25
RAUL BIANCIOTTI
GRAMEEN ROSARIO
Ayer tuvimos la reunión de Centro Mega (son aproximadamente 25 mujeres) que todas
las semanas se reúnen los Martes a las 19 horas para pagar las cuotas de sus microcréditos y conversar de su problemática. Una reunión más de Grameen.
Y entonces apareció Mariana. Una señora de unos 32 años, aunque aparentaba más, que había escuchado de los préstamos y venía a ver de que se trataba. Pidió hablar conmigo. Me contó que ella era de Tostado (al norte de Santa Fe), que hacía unos años que vivía en el barrio y que habían decidido venir a Rosario con su marido y sus NUEVE hijos (hoy tienen entre 1 año y 16 el mayor) ante la pobreza extrema en que vivían en la zona rural en que estaban afincados. Al menos aquì, me explicaba, mis hijos tendrían la oportunidad de estudiar que no tuve yo.
Me relató que ella y su marido compraban y vendían ropa y salían a valijear por la calle, que trabajaban muchas horas para darle de comer a sus hijos, que ella aparte hacía cosas dulces para vender a los vecinos y que NINGUNO DE SUS HIJOS IBA A PEDIR. Todos iban a la escuela. Inclusive los más grandes habían empezado la secundarìa.
La invité a quedarse a la reunión con las otras mujeres (ya viejas prestatarias de Grameen) para que les contara su historia. Cuando la presenté y empezó a hablar, todas se quedaron en silencio escuchando atentamente.
Ella transmitía la sensación de ser decente y repetía a cada instante que lo que necesitaba era poder trabajar para poder dar una vida digna y educación a sus hijos, a SU FAMILIA.
De vez en cuando la embargaba la emoción y se le caían algunas lágrimas.
Las mujeres de Grameen la escuchaban atentamente, en silencio absoluto. Claro ellas también eran madres y muchas habían pasado por dificultades similares a las que exponía Mariana. Cuando hubo terminado, varias empezaron a preguntarle que necesitaba. Mariela, que trabaja en una escuela cercana le dijo que llevara a sus hijos allí porque el comedor era excelente y le iban a dar todo lo necesario para que pudieran estudiar. Otras de las mujeres le preguntaron donde vivía para acercarle alimentos y ropas para los chicos. Todas se preocuparon y querían participar del problema.
En un determinado momento les pedí por favor que pararan, le di las Gracias a Mariana por venir y le dije que por favor nos dejara solos en el grupo, y que la esperábamos el próximo martes a las 19 hs si ella decidía intentar participar de Grameen. Ella dio las gracias por haberla escuchado, dijo que se sentía mejor por haberse podido descargar con alguien de sus problemas y nos bendijo a todos.
Cuando nos quedamos solos, les pregunté a las mujeres que querían que hiciéramos. Obviamente Grameen no podía darle una solución inmediata ya que el crédito se le podía dar luego de un período de enseñanza metodológica y formación de grupo, pero obviamente esta persona necesitaba una solución más rápida. No podía esperar 10 semanas.
Fueron tirando ideas, y finalmente encontramos una que nos permitía ayudarla sin hacer asistencialismo que sería pan para hoy y hambre para mañana. Se decidió pedirle a ella a través de una de las mujeres que la conocía, que hiciera una lista de las materias primas que necesitaba para elaborar “sus cosas dulces” que vendía y nos había dado una idea de que sabía muy bien como hacer…
Para el próximo martes, el Banco se las iba a comprar y entregar para que ella pudiera iniciar su emprendimiento y las mujeres propusieron pagar ellas todas las semanas 1 o 2 pesos más que su cuota para ir devolviendo el dinero que se destinara a este microemprendimiento. O sea, TODO EL CENTRO, sin conocer a esta persona, se ofreció a ser su garante y darle la oportunidad de recomenzar.
ESTO ES GRAMEEN. ESTAS SEÑORAS CON LAS MISMAS NECESIDADES QUE SU COMPAÑERA SE HICIERON SOLIDARIAS Y APORTARON UNA SOLUCIÓN.
GRACIAS SEÑORAS PRESTATARIAS POR DARNOS CADA DÍA UNA LECCIÓN DE VIDA.
CUÁNTO MEJOR SERÍA NUESTRO PAÍS CON MUCHA MÁS GENTE ASÍ...
RAÚL BIANCIOTTI
07/04/10