lunes, 16 de marzo de 2009

PRESENTACIÓN

PRESENTACIÓN:

GRAMEEN es un banco solidario que otorga microcréditos de palabra (¡sin documentos legales ni garantías!) para emprendimientos productivos. Su éxito lo llevó a expandirse desde su Bangladesh natal hacia todo el mundo, y le valió a su fundador, Muhammad Yunus, el Premio Nóbel de la Paz. A través de GRAMEEN las personas sin acceso al crédito encuentran la posibilidad de progresar en base al trabajo y sin riesgo. Encuentran también un grupo de amigos, un equipo de trabajo y una serie de valores humanos que ellos llevaban adentro pero que no se veían adecuadamente recompensados.
GRAMEEN logra en todo el mundo una tasa de devolución de los préstamos superior a la del sistema bancario oficial, de arriba del 90%. Esto se debe a que, si bien los emprendimientos son individuales, cada grupo de cinco personas es solidariamente responsable por cada uno de los proyectos. Esto estimula la confianza y la solidaridad dentro del grupo. GRAMEEN es mucho más que una ayuda económica inicial para destrabar el círculo vicioso de la exclusión del sistema financiero. Cuando un miembro de GRAMEEN tiene algún inconveniente, su grupo y en su caso todo GRAMEEN le tiende una mano y busca una solución.





EXPERIENCIA GRAMEEN ROSARIO, por Raúl Bianciotti

EXPERIENCIA DE LA RÉPLICA GRAMEEN ROSARIO:
UNA MIRADA HUMANÍSTICA A LA METODOLOGÍA DE YUNUS.

Cuando en el año 2001 comenzamos a dar forma a la idea de fundar una Réplica del Banco de los Pobres en Rosario (segunda ciudad en importancia de la República Argentina) sabíamos que luchábamos contra la idea muy enfundada en las clases pobres de nuestra ciudad acerca de que el Estado (Nacional, Provincial o Municipal, no importa cuál) debía asistir incondicionalmente las necesidades básicas insatisfechas de las personas con esa condición social.

En este país de contradicciones, el Estado impulsa políticas asistencialistas que involucran a más del 20 % de la población, estructuralmente pobre, que no sufrirá hambre pero tampoco tendrá la posibilidad de que sus hijos ni los hijos de sus hijos dejen esa condición. En un país rico como la Argentina parece algo inentendible. Sin embargo, ese estrato cautivo de la población seguirá los destinos políticos de quien más le ofrezca a cambio de sus votos.

Este panorama se viene gestando políticamente desde hace más de 50 años, en los cuales los gobiernos de turno mantuvieron o aumentaron el número de pobres a través de políticas económicas tendientes a no permitirles elevar su nivel educativo y económico, ya que son útiles a los fines electorales y sectoriales. Eso sí, tendrán su bolsón de alimentos, su comedor comunitario, su pequeño subsidio en efectivo para gastos menores y todo sin ningún tipo de contraprestación, sólo la de permanecer pobres y obedientes al sistema. De educación y trabajo, ni hablemos.

Con este panorama, se nos ocurrió que sería bueno demostrar que, a través de la metodología grameen, se les podía brindar una oportunidad a los sectores carenciados para salir de la pobreza en forma permanente, con dignidad y solamente dependiendo de si mismos.

Así fue que planeamos una primera convocatoria a créditos en Abril de 2002 en un barrio humilde del noroeste de la ciudad llamado PARQUE CASAS. Era un momento de enormes dificultades económicas en el país; la inflación era cercana al 50 % anual, la ayuda del Estado escaseaba entre las clases pobres y el crédito resultaba absolutamente inalcanzable para esta clase social.

Cuando, ante un auditorio de más de 400 personas, dijimos que veníamos a ofrecer 500 pesos (aprox. 400 dólares en ese momento) para un emprendimiento productivo hubo sonrisas y aplausos. Cuando dijimos que había que devolverlos quedaron la mitad de las personas. Y al exponer las condiciones para obtener el crédito, permaneció sólo el 25 %.

Claro, un crédito grameen esta al alcance de todos. Cualquiera puede cumplir las condiciones (tener un emprendimiento productivo, ser pobre, formar un grupo de 5 hombres o 5 mujeres, no tener acceso a créditos), pero no todos estaban dispuestos a llevar adelante las otras exigencias que imponíamos (había que demostrar que el emprendimiento era sustentable en el tiempo, comprometerse a devolver el dinero, asistir a una reunión semanal de una hora y sobre todo asumir solidariamente con el grupo que debían ayudarse a cumplir sus propios objetivos, que eran salir de la pobreza y mejorar la calidad de vida a través de un trabajo digno).

Esta población estaba acostumbrada a recibir lo elemental para la subsistencia a cambio de nada. Y que una organización como la nuestra tratara de aplicar conceptos tales como trabajo, dignidad, solidaridad, preocupación por el compañero, perseverancia, compromiso, oportunidad, valor de la palabra, etc., sonaba distinto, mal, no les gustaba. Mucho menos cuando no había más garantía que nuestra palabra para cumplir lo que prometíamos. En ese momento, no había ningún lugar de la ciudad donde se hubiera dado un préstamo grameen o se hubiera hablado de ello. Éramos unos desconocidos que podíamos resultar unos charlatanes. Sólo le ofrecíamos una esperanza.


LA EXPERIENCIA DE LA RÉPLICA ROSARIO:

El banco Grameen de Rosario comenzó a entregar préstamos en Agosto de 2002 y desde entonces ha ayudado a mucha gente a obtener una fuente crediticia segura y confiable, con la única garantía de la palabra y la solidaridad del grupo, alentándolos a progresar a través del esfuerzo e incentivando con gran efectividad el cumplimiento de los pagos.

Es que, una vez que una persona ingresa en Grameen, se siente parte importante de un todo de dimensiones desconocidas, que lo impulsa a no fallarse a sí misma, ni a sus compañeros ni a Grameen como un concepto ecuménico de lucha contra la pobreza.

Es un desafío que asumen de no dejarse vencer y demostrarle a los demás que pertenecer al Banco de los Pobres implica el orgullo de convertirse en protagonistas de su propia vida y de sus progresos; el poder brindarle a sus hijos la oportunidad de estudiar y comprender que una mejor calidad de vida dependerá exclusivamente de ellos mismos, y no de las decisiones de los gobernantes de turno.

Actualmente, en Rosario, existen seis centros (lugar de reunión de grupos de Grameen) en distintos barrios carenciados de la ciudad. Cinco son de mujeres y uno de hombres. Estos espacios, donde los prestatarios se reúnen una hora una vez por semana, se han convertido en verdaderos foros de discusión de las realidades de sus integrantes. Allí hay soluciones para los problemas de los emprendimientos, hay discusiones sobre la seguridad del barrio, se solidarizan con aquellas mujeres que sufren la violencia familiar o se busca una salida conjunta a los problemas comunes.

Estas mujeres ya no están solas y se sienten parte importante de un todo que las contiene y que les da la posibilidad de opinar, de tener voz y voto, de ser artífices de sus destinos. Pero nada es gratis para ellas. Antes de llegar a tener estos derechos, tuvieron que demostrarle a sus pares su valía. Que estaban preparadas para formar parte del Banco de los Pobres, que eran capaces de SER GRAMEEN.

Antes de insertarse en un centro ya formado, un nuevo grupo deberá atravesar un período de trabajo en reuniones de una hora semanal, que serán coordinadas por una operadora de campo que analizará la validez de los proyectos económicos propuestos y se les inculcará cuáles son las obligaciones que deben asumir para ser parte del Banco: el grupo debe asistir completo a las reuniones, deben devolver en tiempo y forma las cuotas del préstamo, formar parte de un centro donde se debatirán los problemas y solidarizarse con el cumplimiento de sus compañeras o compañeros. Todo el grupo debe cumplir con la metodología. En caso contrario, no habrá renovación del crédito para ninguna de las personas integrantes.

Las operadoras de campo surgen de las mismas prestatarias, de aquellas con mayor antigüedad, que pretenden devolver la oportunidad recibida colaborando ad-honorem con la preparación y el adiestramiento de los nuevos grupos. Y lo hacen con gran solvencia y muchísimo cuidado, porque saben que de una buena selección de los nuevos miembros dependerá el éxito del sistema.


¿POR QUÉ GRAMEEN TIENE ÉXITO?

El total de prestatarios activos en Rosario al año 2009 es de 150. Los préstamos van de $ 600 a $ 1.500 (200 a 500 dólares) y se han prestado en los siete años de funcionamiento alrededor de $ 700.000 (unos U$S 200.000) que financiaron más de 300 micro emprendimientos.

Muchas veces la pregunta es: ¿por qué esta metodología de microcréditos, diseñada por Yunus, es tan exitosa? Los resultados de la réplica Rosario corroboran los obtenidos a nivel mundial.
90 % de los prestatarios son mujeres
85% de los emprendimientos financiados se auto sustentan y perduran en el tiempo.
95% de los préstamos son abonados en tiempo y forma.

Estos resultados, queda claro, se logran sin que ninguno de los prestatarios ofrezca ningún tipo de garantía real o aval más que su palabra, su compromiso personal.

Desde el punto de vista de nuestra experiencia, podemos destacar las siguientes conclusiones:

El trabajo de formación previa de los grupos (alrededor de 10 a 12 semanas) hace que sólo lleguen a percibir los préstamos aquellos que realmente están interesados en llevar adelante su emprendimiento, demostrando su perseverancia y su convicción, y haciendo fuerte al grupo para sobrellevar los obstáculos que vayan surgiendo, todo lo cual, si no existía antes, se va incorporando a su carácter.
Durante este trabajo de formación, las prestatarias van tomando decisiones que luego deberán respetar: cuáles serán sus compañeras de grupo a las que avalarán con su palabra, cuál será su emprendimiento, el monto del crédito a solicitar, el plazo de devolución, etc. Una vez tomadas “por ellas” estas decisiones, tienen tal interés en demostrar que pueden que su orgullo no les permite incumplirlas.
Una vez que llegan a obtener los créditos y el grupo pasa a formar parte del centro (reunión semanal de grupos), el conjunto de prestatarios ejercerá una presión social muy importante para que el cumplimiento sea efectivo. Les harán sentir, antes que nada, que no cualquiera forma parte del Banco de los Pobres, que eso es un orgullo y que habrá que demostrarles a quienes estén fuera que vale la pena estar dentro.
La reunión semanal servirá también como grupo consultivo para resolver los problemas de los emprendedores. Ya no se encontrarán solos ante eventuales obstáculos. Tendrán un conjunto de pares que estará dispuesto a ayudar y resolver ejecutivamente sumando su experiencia y contención.
La presión también se hará sentir en su barrio si no cumplen, ya que el resto de las prestatarias harán saber que la incumplidora ha desperdiciado una valiosa oportunidad que se le ha ofrecido sólo por su palabra. La sanción social tiene mucha fuerza.
Finalmente, la posibilidad de obtener nuevos préstamos por mayores montos en caso de cumplimiento, no sólo individual sino también a nivel grupal, sirve como acicate para que mutuamente se obliguen a llegar a las metas fijadas.

No solamente el poder sancionatorio y punitorio del grupo es lo que sirve para desalentar el incumplimiento. Tanto o más importante es el orgullo de poder responder al compromiso y demostrase a sí mismo, a sus pares y familiares, que ellas son capaces de progresar con su propio esfuerzo, devolviendo cada peso pedido y sintiéndose cada día más fuertes e independientes.

Es notable observar los cambios, no sólo económicos, sino también sociales, de estas mujeres a medida que van pasando los meses dentro de Grameen. Mujeres que no eran capaces de decir una palabra aprenden a expresarse y a saber que su opinión es valorada por sus pares. Hemos visto casos de violencia familiar desaparecer por el mero hecho de que las mujeres ya no dependían económicamente de su pareja y por ende ya no existía la amenaza de dejarlas en la calle junto con sus hijos.

La posibilidad de crecer económicamente a través del microcrédito y de tener un grupo de referencia y pertenencia que las considera valiosas, incentiva su confianza y autoestima hasta niveles insospechables. Ya no son sumisas mujeres que no tienen un lugar en el mundo, sino que son vitales emprendedoras que hasta incluso se vuelven referencias importantes en su familia, comunidad y barrio.

Quiero que quede expresa constancia de que esto que relato no es una cuestión teórica, vista en los textos o imaginada por un académico. Al contrario, cada semana puedo citar ejemplos concretos de este tipo de lo que veo en las reuniones de hombres y mujeres que pertenecen a Grameen.

Ya no se trata sólo de la expectativa económica del crédito, de que los ayude a salir de la pobreza y a crecer en su calidad de vida. Se trata de una visión diferente sobre uno mismo y sobre los demás, de sentir que se puede modificar la realidad con el esfuerzo personal. El micro crédito les da la oportunidad de ver lo que son, lo que está escondido, su potencial. Vuelve viable aptitudes, capacidades y voluntades que de otra manera permanecerían para siempre ocultas en la impotencia. Y lo mejor es que no se lo hace sólo desde el punto de vista individual, sino que se crea una conciencia colectiva impensable en esta sociedad individualista y carente de valores que se asemejen al cuidado por los demás, por nuestros vecinos, por la gente que nos rodea.

Los prestatarios de Grameen son capaces de hacer con muy poco dinero lo que otros no logran con grandes montos de inversión. Su valor agregado es la convicción en lo que hacen y un objetivo claro: un mejor futuro para ellos y sus hijos.

Estas mujeres y hombres, que he visto crecer con Grameen a lo largo de estos siete años de vida de la Réplica Rosario, se sienten tan merecedores como Yunus de su premio Nobel. Son parte de él. Vaya para ellos mi reconocimiento y admiración.


RAÚL BIANCIOTTI
COORDINADOR RÉPLICA GRAMEEN ROSARIO


martes, 13 de enero de 2009

OBJETIVOS Y ALCANCE


La Mutual San José, administradora del programa GRAMEEN ROSARIO, tiene como objetivo para el desarrollo de este proyecto brindar a los sectores más carenciados de la población de la ciudad de Rosario una alternativa diferente al asistencialismo privado o gubernamental.

La población a la que va dirigida la experiencia no es quizás la misma a la que apunta Yunus, en su Grameen original, “los más pobres de los pobres”, sino que también incluye a la clase media baja desocupada, excluída de los planes de subsidios oficiales, pero que tampoco tiene acceso a ningún tipo de crédito bancario o comercial para poder desarrollar medios de subsistencia autosustentables a través del tiempo y que necesitan de un pequeño capital inicial para ponerlos en marcha. Lo que vulgarmente se conoce como autoempleo, que no solo beneficiará al prestatario sino también en el futuro a su grupo familiar primario.

Mediante esta metodología se trata de incentivar emprendimientos generadores de ingresos, que son previamente evaluados, y que les permitirán a los prestatarios del sistema mejorar su calidad de vida mediante una solución permanente y digna, ya que el dinero recibido es invertido de acuerdo a lo preestablecido y devuelto en pagos semanales.

El dinero se recicla permanentemente en nuevos préstamos o en la renovación de los existentes para ampliación de los respectivos emprendimientos. El trabajo grupal favorece el fortalecimiento de los lazos de solidaridad y responsabilidad, así como el sentimiento de pertenencia a un sistema que los ha acogido mediante la confianza otorgada y que los mismos prestatarios se encargan de defender y transmitir en su entorno.


El proyecto Grameen Rosario, de la MUTUAL SAN JOSÉ Y SAN ANTONIO, ha otorgado en sus seis primeros años de desarrollo 975 créditos por un monto cercano a los $ 700.000, habiendo logrado un índice de recupero cercano al 90 % de los mismos (en los últimos dos años más del 95%). De los aproximadamente 300 emprendimientos puestos en marcha, cerca del 80 % sigue funcionando, algunos de ellos con un marcado crecimiento.

La Mutual San José tiene previsto desarrollar la metodología en diversos barrios de la ciudad de Rosario, en los cuales ya se ha generado una expectativa por las experiencias transmitidas por los actuales prestatarios. Son continuos los pedidos de nuevas convocatorias en distintas zonas carenciadas del municipio y de otras ciudades de la provincia.

Contamos con los equipos humanos y la capacitación técnica para poder expandir el proyecto y estamos formando nuevos operadores de campo. También contamos con el asesoramiento permanente y la auditoria metodológica de la Fundación Grameen (Aldeas) Argentina, que lidera la experiencia en nuestro país.

¡PARTICIPÁ!

GRAMEEN ROSARIO ofrece diversas alternativas de participación y colaboración, que a continuación detallamos:
  • APORTE ANÓNIMO: Implica la donación de una cierta cantidad de dinero que el aportante determine, que será puesta inmediatamente en circulación dentro del sistema de préstamos GRAMEEN, generando con el tiempo un mayor capital y multiplicándose la ayuda.
  • APADRINAMIENTO: Se trate de una persona o de una empresa, puede apadrinar una o más personas o grupos de cinco beneficiarios, con la posibilidad de conocer personalmente, entablar relación y ayudar a los receptores directos de su ayuda.
  • VOLUNTARIADO: Puede presentarse para ser ayudante de operador de campo, y de esa forma conocer la metodología en detalle para, posteriormente, poder ser operador de campo y preparar grupos de prestatarios, todo esto dedicándole sólo 1 HORA POR SEMANA. También es muy valioso todo aporte de conocimientos o experiencia para asesorar a los prestatarios en el desarrollo de sus emprendimientos.
INFORMACIÓN DE CONTACTO:

FINANCIAMIENTO

Los préstamos otorgados hasta el presente fueron financiados con fondos propios de la Mutual San José y San Antonio, subsidios recibidos de organismos provinciales y nacionales y aportes de empresas privadas que han creído que la metodología Grameen se trata de una forma distinta de encarar la problemática de la pobreza en nuestro país.
Para hacer frente a las expectativas de desarrollo mencionadas, la organización se encuentra abocada a generar recursos a través de aportes de organismos nacionales e internacionales, así como también la convocatoria a empresas privadas. En cuanto a estas últimas, se trata de una invitación a “apadrinar” grupos de prestatarios, en la seguridad de que sus aportes, no solo serán destinados a emprendimientos generadores de ingresos que a través de la metodología Grameen se convertirán en soluciones permanentes para mejorar la calidad de vida de personas carenciadas que han demostrado su voluntad de progreso y su responsabilidad, sino que dichos aportes no se perderán en el primer uso, sino que serán reciclados cada año, generando un nuevo prestatarios y un nuevo emprendimiento productivo.
El costo para financiar cada grupo es de $ 3.600 para el capital prestable y de $ 500 en concepto de gastos operativos para el desarrollo metodológico. Cabe destacar que el trabajo de los equipos de operadores de campo de la Mutual San José es absolutamente ad honorem hasta el momento, pero se contempla en caso de un crecimiento sostenido de la experiencia la profesionalización de los mismos a fin de eficientizar los resultados.

lunes, 12 de enero de 2009

METODOLOGÍA GRAMEEN

Créditos individuales. Los microcréditos están destinados sólo a personas excluidas del sistema financiero oficial que residan en las zonas alcanzadas por la actividad de alguna de las réplicas.
Montos bajos. El monto inicial de los microcréditos es de alrededor de 200 dólares, con la idea de permitir el desarrollo de una nueva iniciativa o emprendimiento productivo.
Garantía moralmente vinculante. No se exige garantía material alguna ni hay obligación legal de devolver.
Formación de grupos. Si bien los microcréditos se otorgan para ser destinados a emprendimientos individuales, es menester formar grupos de 5 personas del mismo sexo y sin parentesco, obligándose solidariamente unas con otras. Las solicitudes de préstamo deben ser aprobadas por todo el grupo. Esto crea responsabilidad y cooperación grupal que asegura el compromiso con el reembolso de los préstamos y promueve una actitud solidaria entre los beneficiarios que se ayudan mutuamente para superar las dificultades que puedan surgirles durante el desarrollo de su microemprendimiento.
Aprendizaje de la metodología. Los solicitantes deben seguir un curso de entrenamiento que les permita comprender el sistema y su filosofía. Este proceso da la seguridad de que sólo los más necesitados y tenaces formarán el grupo. El curso puede durar entre 3 y 6 meses, tiempo durante el cual un operador de campo evalúa si el grupo cumple con los mínimos requisitos para recibir el préstamo, asegurándose de esta forma que no se acerquen al banco personas con la intención de no devolver el dinero.
Desembolsos escalonados. Las entregas de los microcréditos son escalonadas: 2-2-1. Se extienden los préstamos a dos miembros del grupo, si reembolsan regularmente las primeras cuotas se les entrega a otros dos y luego al último.
Reuniones semanales. Los reembolsos son semanales, lo que facilita el pago con una cuota mínima y permite el seguimiento continuo de la situación de los microemprendimientos. Generalmente, los microcréditos se devuelven en 50 cuotas fijas semanales, incluyendo capital y un interés del 20% fijo anual aproximadamente.
Crecimiento. Inicialmente el monto del préstamo es bajo, pero si la persona cumple íntegramente con la devolución del mismo puede renovarlo año tras año por montos levemente superiores en cada ocasión. De esta manera, Grameen acompaña el paulatino mejoramiento económico de la persona, al tiempo que incentiva para la devolución de los préstamos, ya que, en base a una relación de confianza basada en el valor de la palabra, el beneficiario puede obtener, con el tiempo, una importante fuente de financiamiento sin ningún tipo de riesgo.
El banco va a la gente. Las reuniones de centro se realizan en el lugar (aldea, barrio) en el que viven los prestatarios. Cada centro puede estar integrado por hasta 8 grupos, es decir, hasta 40 prestatarios.
Superación de la pobreza. El Banco Grameen abre oportunidades y acompaña el progreso de la gente hasta que el microemprendimiento sea exitoso y pueda manejarse autónomamente, alcanzando el acceso al sistema de crédito oficial. Cuando el beneficiario obtiene el capital necesario para acceder al sistema de crédito oficial, deja de percibir los microcréditos y el monto de préstamo que tenía a su disposición pasa a ser destinado a nuevos beneficiarios que estén listos para superar la pobreza.

HISTORIA DE GRAMEEN

Los orígenes de Grameen se remontan al año 1974 en Bangladesh, cuando el economista Muhammad Yunus, entonces Profesor Universitario, comenzó una experiencia inédita hasta entonces: prestar dinero a gente pobre para microemprendimientos sin exigirles ningún tipo de garantía.
Lo que comenzó como un intento de ayuda a algunas familias, creció hasta convertirse en el actual Grameen Bank. En ese entonces, Muhammad Yunus prestó 27 dólares a 42 personas facilitándoles salir del estado de pobreza, y durante 9 años otorgó créditos experimentales hasta perfeccionar la metodología. Esta experiencia le sirvió para confirmar que se puede sacar al mundo de la pobreza, sólo si se tiene la voluntad de hacerlo. Y lo demostró con la experiencia obtenida a través de su aplicación de los microcréditos.
El profesor Muhammad Yunus, fundador y director ejecutivo del "Banco Grameen", pensó que si los recursos financieros pudieran ser puestos al alcance de los pobres en términos y condiciones apropiadas y razonables, "estos millones de personas con sus millones de pequeños emprendimientos se potenciarían para crear la mayor maravilla de desarrollo".
En la actualidad, el Banco Grameen es el instituto financiero más grande de Bangladesh. El 94% de los prestatarios son mujeres y el reembolso de los préstamos supera el 95%. El éxito del Banco Grameen en aliviar la pobreza ha inspirado a individuos e instituciones en todo el mundo. Muchos de ellos asisten a los programas de capacitación y aprendizaje para replicar el sistema en sus países de origen. Así se han establecido réplicas de Grameen en más de 80 países.